lunes, 2 de abril de 2012

nuestra historia












se acaba nuestra historia, a si dijo mi hermano menor cuando decidimos vender la casa que fue de nuestros padres
somos seis hermanos, nacidos y criados en un campamento minero, vivimos hasta ahi hasta que se acabo Caletones, mi papá trabajo por muchos años ahi .despues nos vinimos a Rancagua, donde vivimos hasta hoy, la casa que nos acogió por mucho tiempo era chiquita, pero en ella vivimos muy bien , con nuestros padres, era chiquita pero muy acogedora, luego falleció nuestro papá, , y durante muchos año vivió sola nuestra mamá, ahora ya la casa .sin ella ya no era lo mismo, la fuimos dejando y dejando de visitar, hasta que al final la vendimos
cuando estaba nuestra mamá, siempre nos juntábamos, era nuestro punto de encuentros de nosotros y también de los nietos, que siempre iban visitarla
de primera nos costo´decidirnos pero con el tiempo se iba a ir deteriorando, lo bueno que quedó en buenas manos, porque el comprador es una persona que perdió su departamento en el terremoto, era amigo de un cuñado y la señora fue conocida de mi hermano menor cuando los hijos estudiaban, a si que eso nos reconforta, eso si que ahora ya no tiene el cactus grande que estaba al lado de la puerta, ni las plantas , ahora luce más vistosa con el color que le pusieron los nuevos dueños
El sábado pasado me encontré con ellos en una feria artesanal que hubo en la plaza y me contó que ya están viviendo allá y están muy contentos

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4 comentarios:

Mariasun dijo...

Se ha como se ha,siempre sera la casita de tus padres,aunque ya pertenezcan a otras personas.En vuestra memoria así sera.
un abrazo

Yoli dijo...

La vida es eso: etapas, la que pasásteis en aquella casita fue buena, pero hay que pasar a otra, de todas formas, los recuerdos siempre quedan, es lo más importante. Un besito, amiga.

CECILIA S. - CHILE dijo...

Gandes momentos vividos en aquella casa, del abuelito no tengo muchos recuerdos, pues eramos muy pequeños cuando el se nos fue, si me recuerdo que nos visitaba en su bicicleta cada vez que nos enfermabamos, me recuerdo de su risa, y de su alegría. Cuando se ponía apoyado en la reja a escuhar los resultados de la Polla Gol en su radio portátil, y si no gababa decía "Para otra vez será, jaja", cuando jugaba en el pasaje a la rayuela, o cuando lo acompañabamos en el negocio de la parafina. Nunca se nos olvidarán aquellos sábados por la tarde en que toda o gran parte de la familia se reunía, visitabamos a la abuelita, jugabamos en el pasaje, jugabamos en las escaleras, corríamos y gritabamos, tocabamos las baterías con las ollas de la abuelita. O jugabamos al cancelado con los primos y la abuelita siempre nos tenía lápices y hojas para todos. Mientras los grandes compartían sus conversaciones, sus anécdotas, la infaltable once con la familia. También me recuerdo cuando cada martes de cada verano ibamos muy temprano a la feria con la abuelita Cheña a comprar choclos que ella escogía con sus propias manos, los pelábamos, le armabamos las hojas mientras la abuelita los iba moliendo en el patio, y después a la hora del almuerzo disfrutabamos cada bocado de las ricas humitas que nos hacía la abuelita.
Y no olvidar nunca aquella linda imagen de la abuelita haciendo sus hermosos tejidos sentada al lado de la ventana, enseñándonos a tejer, o arreglando lo que no sabiamos tejer. Escuchando Carmen de Bizet en su tocadisco o escuchando sus historias de la Biblia, o de todos esos grandes conocimientos que ella tenía, ya sea leyendo o escuchando radio. De su jardín, de sus flores, de cada una de sus plantas que ella cuidaba con tanto amor.
Tan lindos recuerdos que nunca serán olvidados porque han quedado grabados en lo más profundo de nuestros corazones.

brunilda dijo...

Todos los integrantes de nuestra familia tiene lindos recuerdos de nuestros padres y yo espero que no nos alejemos solamente porque no está la casa original , debemos seguir siempre en contacto y apoyarnos como familia y continuar con el ejemplo de ellos.